Este tipo de pensiones se financian fundamentalmente con las reservas de los seguros de Invalidez y Vida (IV) y de Riesgos de Trabajo (RT). Estos dos seguros son administrados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y, parcialmente, con los recursos acumulados en la cuenta individual del trabajador. Se pagan a través de la contratación de una renta vitalicia con una aseguradora.